El alto tribunal que juzgó a los tres argentinos acusados de traer a España 944,5 kilogramos de cocaína, condenaron hoy a los hermanos Eduardo y Gustavo Juliá a 13 años de prisión y cien millones de euros de multa. La multa suma tres veces el valor de la droga que según el dictamen del fiscal es de una pureza de 83% que en el mercado hubiera alcanzado los 32.116.778 euros. Matias Miret, que actuó como copiloto, fue absuelto. El tribunal ya lo había excarcelado después del juicio oral que tuvo lugar a principios de diciembre en Barcelona. Miret, volvió a Argentina acompañado de su familia que estuvo a su lado en los dramáticos momentos de los dos días de proceso. El tribunal consideró que los hermanos Juliá intentaron el 2 de enero de 2011 introducir en España casi una tonelada de cocaína de alta pureza. Para ello utilizaron un avión fletado por la compañía Medical Jet, de la cual es presidente Eduardo Juliá, que partió desde Buenos Aires e hizo escala para repostar en la Isla de Sal. El avión Challenger Bombardier llegó a Barcelona el 2 de enero de 2011 pilotado por Eduardo Juliá (52 años), Matías Miret actuó como copiloto y el único pasajero fue Gustavo Juliá (50) responsable de la empresa Medical Jet que fletó la aeronave. Los hermanos Juliá alegaron durante el juicio que recibieron un encargo de un personaje no identificado para transportar a Barcelona valiosas obras de arte. Sin embargo, dos guardias civiles que subieron al avión para reclamar por una documentación faltante, señalaron que cuando sospecharon que algo irregular sucedía en el avión, se envió un especialista en detección de drogas auxiliado por un perro.
otro avion de lujo |
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