martes, 30 de abril de 2013

QUE LE DIRIA EVITA PERON A CRISTINA K.? ARGENTINA

Marcos Aguinis

Sesenta y un años después de su muerte, Eva Perón habla con voz propia. O por lo menos la que Marcos Aguinis le ha creado en La furia de Evita, una novela en la que el autor echa luz sobre la vida y la muerte de la mujer más popular del Siglo XX en la Argentina. Aguinis humaniza al mito, a través de un lenguaje construido con palabras gruesas pero también atribuyéndole sinceridad a sus gestos y acciones. Ha pasado apenas un año y medio desde que el autor de El atroz encanto de ser argentinos se debatiera entre la vida y la muerte. Hoy, saludable, Aguinis ha modificado la voz narrativa de su última novela: La furia de Evita está contada por una voz ágil y verosímil de mujer. “Tuve especial cuidado en que la voz narrativa reflejara el estilo de Eva en vida. No fue difícil el relato cargado de energía y juventud. No me sentí forzado. Quizá muchos aspectos de la vida de Eva están profundamente instalados en el inconsciente y resurgieron en el momento de escribir”, dice Aguinis, rodeado de objetos queridos: ranitas de la suerte, partituras clásicas (es pianista y médico), fotos con sus hijos y otros escritores. El hilo conductor de la novela es el viaje de Eva Duarte a Europa, en representación de Perón. En constantes saltos al pasado, el personaje desgrana las páginas muchas veces desgraciadas de su vida. Hechos reales en una historia de ficción han llevado a Aguinis a comprender mejor a la Evita de la Historia gracias a su Evita novelada. Por la novela de Aguinis desfilan personajes del primer peronismo: el canciller Bramuglia y el poderoso Raúl Apold (Subsecretario de Prensa y Difusión) ; el magnate naviero Alberto Dodero, Ricardo Guardo (presidente de la Cámara de Diputados) y su mujer, Lilian Lagomarsino (gran amiga de Evita), su hermano Juan Duarte, su peluquero personal, Julio Alcaraz, su cura de confianza, el jesuita Hernán Benítez… Todos ellos se mezclan con hombres que ayudaron a Evita en su ascenso: Agustín Magaldi, Edmundo Guibourg, el director teatral Joaquín de Vedia y Armando Discépolo.
–¿Por qué un liberal que se supone antiperonista elige a Evita?

–Sorprenden las deformaciones que se han dado en la historia peronista, jerarquizándose distintos personajes por razones oportunistas. Evita es usada de manera llamativa para desplazar a Perón. Es más importante hoy ser evitista que peronista, cuando la propia Eva se dedicó toda su vida a exaltar a Perón. El abuso de Evita está vinculada a elementos poco racionales. En los 70 se decía que “si Evita viviera sería montonera”, cuando ella fue profundamente anticomunista. No diré que me enamoré del personaje, pero sí conseguí cierta empatía, incluso siendo ella tan distinta a mi forma de pensar y de sentir.

EVITA P. CLIC AQUI

cortesia clarin.com.ar

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