Así lo informó la noche del viernes el portavoz oficial del Gobierno argentino al leer un parte de los médicos que atienden a la jefa de Estado. "El examen neurológico es normal" y los estudios de laboratorio, "sin manifestaciones cardiovasculares dignas de mención", añadió.
El comunicado anterior, el viernes 25, reveló que los estudios cardiovasculares, realizados a raíz de "episodios previos" de lipotimias, se detectó un "trastorno de la conducción cardíaca" con "bloqueo de la rama izquierda" del corazón "en forma intermitente".
Ello significa que el sistema eléctrico del corazón que contrae el músculo cardíaco, el cual bombea la sangre a todo el cuerpo, no va bien, hay arritmias y, por eso, se producen los desmayos, según confiaron a un cardiólogo, que recibió consultas del equipo presidencial. "La presidenta necesita un marcapasos", diagnosticó, sin dudar.
El parte de este viernes 1 indicó que "al cumplirse el mes de la intervención", es decir el próximo viernes 8, "se hará una nueva neuroimagen de control y se reevaluará la situación médica para el eventual otorgamiento del alta neurológica y neuroquirúrgica" a la mandataria argentina, que está aislada y convaleciente en la residencia oficial del barrio Olivos.
Únicamente la acompañan sus hijos Máximo y Florencia y, a veces, los secretarios Carlos Zannini y Oscar Parrilli, pueden visitarla. La presidenta venía participando activamente en la campaña para las legislativas del pasado domingo 27 pero su recaída de salud la obligó a abandonar y el 8 de septiembre fue intervenida quirúrgicamente.
cortesia elmundo.es
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