Nabila tiene ocho años y vive en una pequeña aldea del noroeste de Pakistán. Cada vez que ve un 'drone' sobrevolar su pueblo se pregunta: "¿Seré yo la próxima?". Con esta pregunta titula Amnistía Internacional (AI) un exhaustivo informe de más de 60 páginas sobre ataques aéreos estadounidenses en Pakistán.
La tarde del 24 de octubre de 2012, Nabila estaba junto a algunos de sus hermanos y su abuela, Mamana Bibi, de 68 años, trabajando en el campo, cuando dos misiles 'Hellfire' fueron lanzados desde un 'drone'. Ante los ojos de Nabila y los otros niños, Bibi voló en pedazos. "Vi sus zapatos. Encontramos su cuerpo mutilado después", recuerda Nabila. Los niños resultaron heridos. La familia no ha recibido ninguna compensación por parte de las autoridades estadounidenses o paquistaníes.
El miedo de la población
El de Mamana es uno de los nueve casos que AI documenta detalladamente en este trabajo. Según varias ONG y fuentes del Gobierno paquistaní consultadas por la organización pro derechos humanos, EEUU ha lanzado entre 330 y 374 ataques con 'drones' entre 2004 y septiembre de 2013. Según estas fuentes, habrían muerto entre 400 y 900 civiles. El número total de muertos estaría entre los 2.200 y los 3.600.
La mayoría de estos ataques ha tenido lugar en Waziristán del Norte, un área tribal fronteriza con Afganistán que desde finales de 2001 se ha convertido en refugio para miles de talibán y miembros de Al Qaeda que escaparon de la invasión estadounidense.
La zona es la base de grupos armados que planean atentados contra objetivos internacionales y líderes de Al Qaeda tan importantes como Abu Yahya al Libi (en junio de 2012) fueron ejecutados en esta zona mediante bombardeos con 'drones'.
Pero aunque algunas de sus áreas sirvan de base para operaciones insurgentes, en la provincia viven 840.000 personas que, señala AI, "sienten la amenaza constante tanto de los grupos armados como del ejército paquistaní y los drones de EEUU".
cortesia elmunfo.es
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