miércoles, 23 de octubre de 2013

LOS MERENGUES AUN BLANCOS FUTBOL

No es bueno comparar, y menos entre los grandes del  futbol. Sin embargo el Real Madrid se esta comportando mejor que el Barcelona, y a los recientes resultados nos referimos. El partido con el Juventus no fue brillante, pero el penalti genero la diferencia tan deseada por cualquier equipo que se precie.
Ya veremos en las proximas semanas si el Barca sale de ese pozo no muy agradable que se diga.

cortesia canardenchaine.com

1 comentario:


  1. Cristiano ejecuta de penalti del segundo gol. (EFE)Cristiano ejecuta de penalti del segundo gol. (EFE)
    Dos goles del portugués (uno de penalti) acercan a su equipo a octavos
    La Juve, con uno menos 45 minutos por la expulsión de Chiellini, que en la primera parte había cometido un estúpido penalti sobre Ramos
    Los bianconeros resistieron en pie por el despliegue físico-táctico del chileno Vidal y la falta de intensidad blanca

    ¿Tenía truco la mejoría contra el Málaga? O será que sólo alumbran las individualidades. Es lo que tiene exigir a un equipo grande un juego acorde al material del que se dispone. Virtualmente clasificado anda el Real Madrid, pero despedido por el Bernabéu con pitos, incapaz de cerrar un partido contra un más equipo hasta con unos menos. No le dio para mucho el juego, pero vive de acuerdo a los poderes de Cristiano y Di María, los dos socios más en forma. Un error de Martín Cáceres encontró una gran invención del argentino y ejecución del portugués en el primero, que cobró su segundo con un penalti donde Chiellini se empecionó hasta tumbar a Ramos. La Juve resistió con 10 por los poderes físicos y tácticos del chileno Vidal, que es mucho más que un portero en la recuperación. Ya cuando Pirlo no estaba, su corazón fue capaz sostener a su equipo, un tipo capaz de bombear sangre a un zombi. Recorrió casi 11 km y dio 54 pases acertados, y eso que llegó tocado muscularmente. [Narración y estadísticas: 2-1]
    Partido raro, raro. Encontró el Madrid sus dos primeros goles sin necesitar ni el balón ni la velocidad ni una plena carburación del trivote. Mal asunto, el control y el juego por cuenta amarilla, superior por largos ratos. Más bien los tuvo por desatino del rival, en una pifia de Martín Cáceres donde inventó Di María y ejecutó Cristiano, la doble amenaza blanca. Y en una pena máxima obsequio de Chiellini, impropio de un central internacional italiano de su talla y experiencia. A la vuelta de vestuarios fue expulsado al faltarle piernas y sobrarle brazos obstaculizando una aceleración hacia el fondo del portugués. Aún así, la roja directa que le despachó el alemán Manuel Gräfe fue un castigo tan exagerado como la interpretación del galgo portugués. Aunque la segunda amarilla hubiese tenido el mismo resultado.

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