miércoles, 2 de octubre de 2013

FESTIVAL GASTRONOMICO MADRID

Tras dejar el coche en el 'parking', un Jaguar te espera para subirte apenas 300 metros al Pabellón de la Pipa de la Casa de Campo. Cuando te amoldas en sus acolchados asientos, te sientes un 'marajá' al que se la van a dar con queso cuando menos te lo esperas, pero cuando bajas y no te pasan el ticket ni hay ninguna cifra en el parquímetro, es imposible no sentirse el Rey de Saba. Sobre todo porque la aventura acaba de empezar.
Dentro espera uno de los festivales gastronómicos más esperados por los 'foodies': el Millesime, que este año, en su séptima edición, se abre a los comunes mortales que, a partir del viernes, por 15 euros, podrán saborear las mejores creaciones de un amplio ramillete de chefs Michelin.
Ayer, como aperitivo, dos puntales de la ecléctica cocina peruana: Christian Bravo, cuyo tiradito de mar y tierra, elaborado en base a pescado y aderezado por el 'cereal de los Dioses' quinoa, triunfó entre el público. «La cocina peruana ofrece una gran variedad de técnicas e influencias, desde la española a la asiática», comentaba el chef, cuyo compatriota, Giacomo Bocchio, preparó, entre otros platos, unos mejillones en tempura con carrillera que hicieron las delicias de los comensales.
También hay este año espacio para los puntales de la cocina portuguesa, como José Avillez (Belcanto, Lisboa), que preparó un frito de bacalao con crema de alubias. «La cocina portuguesa quizá ha evolucionado menos que la española, pero seguimos luchando por tener una cocina con sabor», señalaba el chef.

cortesia elmundo.es

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