Los Castro's |
El proyecto, que tiene una extensión de 465 kilómetros cuadrados y abarca varios municipios de la provincia Artemisa -situada muy próxima a la provincia de La Habana-, incluye el puerto del Mariel que ha sido renovado con una inversión brasileña a un costo de 900 millones de dólares, 640 millones de los cuales gracias a un préstamo de Brasil. El puerto comienza a operar en diciembre.
La idea del Gobierno es transformar la zona en un punto de tránsito de mercancías y contenedores. Se espera que el puerto llegue a manejar unos 3 millones de contenedores al año. También está previsto construir allí industrias, fábricas y ensambladoras, así como oficinas de facturación y administración.
Según la televisión local, el Gobierno aprobó esta semana la ley que regirá los destinos de la zona especial y el presidente Raúl Castro dijo que "para su elaboración se tomaron en cuenta experiencias nacionales e internacionales", como las de China. Castro ha visitado el país asiático en al menos tres ocasiones, la última de las cuales el año pasado.
Al hacer el anuncio, la televisión local detalló el funcionamiento de la que ahora se llama 'Zona Especial de Desarrollo de Mariel' y especificó que tendrá un régimen y política especiales "para fomentar el desarrollo económico sostenible a través de la atracción de inversión extranjera, la innovación tecnológica y la concentración industrial".
Con la zona especial, el Gobierno también pretende incrementar las exportaciones, la sustitución de importaciones y generar nuevas fuentes de empleo en una constante articulación con la economía interna. "El Mariel es un puerto moderno para barcos de gran calado, se trata de la obra más compleja realizada en Cuba y es por ello que allí tiene que primar desde el principio orden, disciplina y exigencia", dijo la televisión cubana.
Al contrario del resto del país, el Gobierno ha diseñado para la zona especial un régimen especial de relaciones laborales, similar al implantado en China por Deng Xiao Ping, en el cual el trabajador será remunerado acorde a su producción y, por encima de todo, la calidad de la misma. No se descarta, incluso, que se paguen sueldos más altos y en divisas.
Cuando comenzó a diseñar las reformas económicas internas hace unos tres años, Raúl Castro pretendió reducir la fuerza laboral dejando cesantes a 500.000 funcionarios del Gobierno y del gobernante partido comunista.
Sin embargo, el plan fue congelado porque los economistas locales se dieron cuenta de que no había donde colocar a los parados. De momento, no está claro cuantos trabajadores tendrá la 'Zona Especial de Desarrollo'.
cortesia elmundo.es
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