Carlos Payá, el hermano del histórico disidente cubano Oswaldo Payá y miembro del consejo del Movimiento Cristiano Liberación (MCL), se enteró de la muerte de Oswaldo en la sede madrileña del partido que fundó el líder desaparecido. Allí, durante meses, tuvo que callar para no entorpecer el proceso de Ángel Carromero, el político del PP que conducía el coche en el que viajaba el disidente cuando ocurrió la tragedia.
Payá confiaba en que a su vuelta el joven político de Nuevas Generaciones pudiera contar lo ocurrido en la carretera de Bayamo y el Gobierno desmontara la "farsa judicial" cubana, pero no fue así. "En el PP saben desde el minuto uno que no fue un accidente. Nos pidieron que calláramos para no perjudicar a Ángel [Carromero], pero ahora ya está aquí", y por eso no entiende el porqué de este silencio.
Pero ésa no fue la única vez que este miembro del MCL en el exilio recibió una recomendación del Ejecutivo español. El martes 24 de julio, tras oficiarse el funeral por su hermano en la iglesia de San Fermín de los Navarros de Madrid, el secretario de Estado de Cooperación Internacional para Iberoamérica, Jesús Gracia, se reunió con Carlos Payá en un "lugar no oficial" y le ofreció un pacto: "El Gobierno nos propuso aceptar la versión cubana"."Nos dijo que si acusábamos a Carromero, él quedaría libre en 72 horas y nosotros recibiríamos una indemnización. Mi contestación fue un no rotundo", explica Payá, que destaca que Gracia le aseguró que éste era el procedimiento habitual en estos casos. "Me dijo que era la mejor manera de traer a Ángel y que una vez en España él podría contar lo que había pasado", explica.
La respuesta de Carlos Payá fue un "no rotundo". "Si nosotros sabemos que no ha sido un accidente y tenemos pruebas que lo demuestran, ¿cómo íbamos a dar por bueno algo que no es verdad?", argumenta acalorado. Aunque la familia Payá no aceptó la propuesta, el hermano del disidente asegura que el Gobierno actuaba con "buena voluntad" porque lo que querían era traer de vuelta a casa al vicesecretario general de Nuevas Generaciones de Madrid cuanto antes.
cortesia elmundo.es
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