sábado, 27 de julio de 2013

RACISMO ENCARNECIDO GRECIA

Omar Diallo muestra dubitativo su cabeza hinchada: aunque huyó de su país natal, Guinea, tras estar preso por sus ideas y está habituado a la violencia, no conocía el racismo violento y desinhibido presente en las calles de una Grecia en crisis.
En el barrio de Atenas en que vive, donde se alinean tiendas vacías, para alquilar o vender, cubiertas de graffiti, es cada vez más peligroso ser un extranjero negro. "Hay zonas donde ya no tenemos derecho a entrar, o adonde sólo podemos ir en grupo", dice.
"Sufrimos intimidaciones" de grupos "racistas", asegura.
Su relato corrobora el de más de 154 víctimas de ataques físicos violentos registrados en lugares públicos en 2012 en Grecia (107 en Atenas), contabilizados por una red de organizaciones no gubernamentales, lo que supone un incidente cada tres días.
Diallo estaba solo cuando fue agredido. "Cuatro personas me atraparon en la calle, uno de ellos me golpeó con algo en la cabeza. Me caí, me pegaron. Cuando terminaron se fueron".
Ningún eslogan racista, ninguna reivindicación, ninguna pista. La policía trasladó a Omar al hospital, donde recibió puntos de sutura en la cabeza.
"En la gran mayoría de los casos, las víctimas son extranjeras y consideran que son atacadas por el color de su piel", indica un informe de las ONGs. Según la misma fuente, en ocho casos las víctimas afirman haber reconocido a miembros del partido neonazi Amanecer Dorado, debido a las insignias que portaban.

cortesia elobservador.com

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