Cuando sólo dos personas en todo el planeta te superan en lo que haces, el calificativo de "exitoso" es merecido e indiscutible. Pero David Nalbandian, que anunció su retirada del tenis, fue un exitoso frustrado, el clarísimo caso de un deportista que estaba para bastante más. Dueño de un revés que generaba suspiros de admiración entre sus colegas y semifinalista al menos en todos los torneos de Grand Slam, Nalbandian jugó siempre con la certeza de sentirse técnicamente superior al resto, aunque no siempre podía -o quería- demostrarlo.
Tercero del ranking mundial en 2006, su mayor éxito fue el título del Masters de 2005 en Shanghai, cuando derrotó al suizo Roger Federer en la final recuperándose de una desventaja de dos sets a cero. Tres años antes había sorprendido llegando a la final de Wimbledon con 20 años, un logro del que el gran nombre del tenis argentino, Guillermo Vilas, estuvo muy lejos.
cortesia elmundo.es
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