Con estas palabras, leídas por su nuevo rey, Guillermo Alejandro I, pero escritas por el Gobierno liberal-socialdemócrata, Holanda se ponía este martes a la cabeza de un debate que desde hace años recorre Europa: ¿cómo mantener, si es que es posible, el Estado del Bienestar creado tras la Segunda Guerra Mundial?
La crisis económica ha puesto las cuentas públicas de un buen número de países de la UE al borde del precipicio. Todo el mundo es consciente en los casos de España, Italia, Portugal o Grecia. Pero también en el norte de Europa existe preocupación por la sostenibilidad financiera de los servicios públicos y las prestaciones sociales. Dinamarca, Suecia, Finlandia o el Reino Unido llevan años (en algunos casos décadas) implementando reformas en pensiones, educación o sanidad.
De esta manera, mientras en el sur de Europa los manifestantes claman por la elevación de la edad de jubilación, el copago sanitario o la reducción del número de funcionarios, a los contribuyentes alemanes o finlandeses, que han puesto el dinero para rescatar a los PIIGS, ya se les aplican estas medidas desde hace años
cortesia libertaddigiysl.com
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