martes, 30 de julio de 2013

DOLCE FARE NIENTE (GAMPLING) MANHATTAN

En Nueva York, dormir al aire libre bajo las estrellas es el último gran lujo que ofrecen los grandes hoteles en sus techos con terrazas y jardines, una nueva forma de disfrutar los míticos rascacielos de Manhattan.
La idea es que el visitante contemple la belleza de la noche neoyorquina desde su cama o carpa sin los filtros artificiales de una ventana o el aire acondicionado.
En un cielo donde la polución, las miles de luces de neón y los impresionantes edificios impiden ver la mayor parte de las estrellas, los rascacielos iluminados se convierten en una galaxia aparte.
"Hemos querido identificar algo que pueda dar a nuestros clientes una oportunidad de vivir una experiencia completamente única, algo que no encontrarían en otra parte", explica Elana Friedman, del grupo de residencias y hoteles de lujo AKA.
Bajo la majestuosa silueta de los rascacielos de Midtown, el AKA Central promete, a cambio de 1.995 dólares la noche, una habitación "cinco estrellas" en el piso 17 al aire libre, con cama "Queen size", cena con velas, fuego en la chimenea y un telescopio gigante para admirar los particulares astros de la ciudad que nunca duerme.
Acompañados de música jazz, brasileños, australianos, dubaitíes e incluso neoyorquinos de vacaciones disfrutan de lo que los especialistas del turismo llaman "gampling" urbano o camping con "glamour", muy lejos de la poesía más simple pero también menos confortable de una noche en el bosque o el desierto
"Después de esta experiencia, no quiero nunca más ir de campamento como antes", comenta Jennifer Semeter, una cliente todavía fascinada.

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cortesia elobservador.com

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