martes, 18 de junio de 2013

PALACIO DOS BANDEIRANTES VAPULEADO SAO PAULO, BRASIL


Un grupo de manifestantes derribó en la noche de este lunes una de las puertas del Palacio de los Bandeirantes, la sede del gobierno de San Pablo, al final de una jornada de protestas en todo el país por el alza del precio del transporte público y otras reivindicaciones.La Policía militar reaccionó con bombas de gas lacrimógeno e impidió la entrada de los manifestantes, según informes preliminares.Los participantes en la protesta hicieron una fogata frente a una de las puertas y pintaron grafitis en algunas paredes.Se trató de actos aislados de violencia tras una manifestación que recorrió varias áreas de San Pablo con una participación de unas 65 mil personas.Las autoridades habían ordenado a la Policía que no reprimiera a los manifestantes para evitar batallas campales con numerosos heridos y detenidos como la del pasado jueves en San Pablo.En Río de Janeiro unas 100 mil personas participaron en la movilización pacífica, pero un pequeño grupo de manifestantes se separó de la protesta principal y atacó con cócteles molotov y piedras la fachada de la sede de la Asamblea Legislativa del estado.

Posteriormente, hicieron una fogata frente a una de las puertas de acceso al edificio y rompieron algunas de las ventanas. Los bomberos controlaron el incendio y la Policía militar dispersó a los manifestantes al filo de la medianoche.Según la prensa local, tres personas resultaron heridas por disparo de bala en ese incidente.El grupo que acudió a la Asamblea legislativa, en su mayoría con la cabeza cubierta, había llegado hasta las escalinatas frente al llamado Palacio Tiradentes y arrojó cócteles molotov y piedras a los policías que habían montado un cerco para evitar la invasión de la edificación pública.El grupo aprovechó que la policía no respondió a las provocaciones y ocupó las escalinatas, en las que fueron pintadas letreros con reivindicaciones y destruyó algunos ventanales.

cortesia elobservador

1 comentario:

  1. Las autoridades locales se resistieron durante días a tomar este paso con el argumento de que tendrán que recortar inversiones y gastos social en otras áreas, como salud y educación, cuya mejora los manifestantes también reclamaban.

    Al final, las protestas continuas, que también se repitieron este miércoles, pusieron a las alcaldías de Sao Paulo y Rio de Janeiro contra las cuerdas, después de que el miércoles una decena de ciudades, entre ellas capitales importantes como Recife y Porto Alegre, ya anunciaran bajadas.

    "Es un sacrificio grande. Vamos a tener que cortar inversiones porque las empresas (concesionarias) no tienen cómo financiar esa diferencia", avisó el gobernador de Sao Paulo, Geraldo Alckmin. El alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, dijo que espera que el Congreso apruebe un proyecto de ley que reduce los impuestos sobre el transporte público para compensar en parte el "sacrificio" que realizará la municipalidad para atender a los manifestantes.

    El anuncio de la bajada del valor de los billetes tuvo lugar mientras algunos miles de personas se manifestaban en Niterói, un municipio en la región metropolitana de Rio de Janeiro. "El gigante acordó" y "soy brasileño, con mucho orgullo" fueron algunos de los cantos que entonaron los participantes, que siguieron marchando tras la marcha atrás de los ayuntamientos.

    La protesta derivó en enfrentamientos entre la policía militar y un grupo de manifestantes que hicieron un gran fuego en una de las principales avenidas de la ciudad y atacaron establecimientos y un autobús. La policía bloqueó de manera preventiva el puente sobre la Bahía de Guanabara que une Niterói con Rio de Janeiro, de ocho carriles y 13 kilómetros de longitud, con lo que la única comunicación entre las dos márgenes fue mediante barcas.

    Previamente, en Fortaleza, en el noreste del país, hubo otra confrontación entre la policía y un grupo de manifestantes que cortaron el tránsito de la avenida principal de acceso al estadio que acogió el partido entre Brasil y México en la Copa Confederaciones Al menos ocho agentes resultaron heridos por piedras lanzadas por los manifestantes.

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