La historia de Guillermo-Alejandro de Holanda es la de un príncipe que prefería no serlo, pero que con empeño y la madurez de los años ha asumido su destino.Desde este martes y junto a su esposa, tiene ante sí el reto de mantener la credibilidad que su madre dio a la corona en sus 33 años de reinado.Nacido el 27 de abril de 1967 como primogénito del matrimonio de Beatriz de Holanda y el aristócrata y diplomático alemán Claus von Amsberg, Guillermo-Alejandro Claus George Ferdinad es el primer monarca varón tras una dinastía de regias mujeres que se ha prolongado más de cien años.Es a sus 46 años el primer príncipe europeo que toma el relevo de la corona en el siglo XXI."Guillermo-Alejandro hereda de su madre la profesionalidad pero será más cercano a la gente, un rey accesible, al que se puede tocar", dijo a Efe el historiador Coos Huijsen, especialista en la dinastía de los Orange.De niño era espontáneo y travieso. Algunos analistas recuerdan que entonces imitaba el acento que según él tenía su madre y que propiciaba adjetivos descalificativos contra la prensa, la misma con la que ya de adulto ha firmado un pacto para que se respete su privacidad y la de su familia.Su anhelo de anonimato le llevó a pedir a sus padres que le dejaran estudiar la secundaria en un colegio en Gales y así escapar de las cámaras, que en los años ochenta se hacían eco de la depresión padecida por su padre tras convertirse en príncipe consorte.En su juventud tuvo que lidiar con la fragilidad de su padre, al que se sentía muy cercano, y con la férrea disciplina impuesta por su madre, y buscar el equilibrio entre la necesidad de libertad y las exigencias de su rango, que se hicieron más patentes cuando su madre asumió la corona en 1980 y la familia se mudó a La Haya.Del equilibrio entre eso dos polos dependerá en parte su buen hacer en una monarquía constitucional, que seguro llevará con humor: "Guillermo IV, suena a Berta 38 en el prado", dijo en su última entrevista como príncipe para explicar que prefería mantener su nombre completo.
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cortesia libertaddigital
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