domingo, 14 de abril de 2013

QUIEN ES "FELIZ"? ALGUIEN LO SABE? JAPON

SHIBUYA

La Fundación del BBVA ha presentado recientemente un estudio donde los españoles quedamos retratados como una sociedad prominentemente intervencionista -en comparación con otras de la UE-, reclamando al Estado una mayor intervención en la economía y otros sectores del país. De las conclusiones sobre el estudio destaca esta sentencia tan real como demoledora: "Se prefiere aumentar el gasto para estimular el crecimiento antes que implementar recortes para cuadrar las cuentas públicas".
Pero dejemos el siglo XXI y España a un lado. En 1932, Londres, Aldous Huxley publica una novela que se convertirá en referente de la literatura y, en particular, del género de la Ciencia-Ficción. Un Mundo Feliz (Brave New World) es la historia de una distopia, o lo que es lo mismo, la utopía que se convierte en la peor de las pesadillas. La obra responde a multitud de análisis, desde la defensa al buen salvaje rousseauniano hasta la crítica a los métodos de reproducción en masa -principalmente, a Henry Ford y su modelo T-, pasando por una defensa de los valores tradicionales, especialmente la familia -los habitantes del mundo feliz carecen de ella-. Sin embargo, es en otros aspectos donde las semejanzas entre la distopia de Huxley guardan un asombroso parecido con España y los españoles del 2013.
Los personajes de la novela trabajaban, no para prosperar y crecer tanto personalmente como profesionalmente, sino para cumplir las directrices planificadas por el Estado Mundial. También es el Estado quien provee a los ciudadanos de sus necesidades por medio del racionamiento. El trabajador español, no alcanza esos niveles, aunque el salario de cinco de los doce meses del año son para el Estado, vía impuestos. Eso sí, según revela el estudio del BBVA, lo hace con sumo gusto, pues para mantener el mal llamado Estado de Bienestar parte de tus rentas deberán destinarse al ámbito de lo público, ya sean colegios, albergues juveniles, subsidios, carreteras, paseos marítimos, seguridad, instalaciones deportivas, cajas de ahorro...Los españoles estamos a medio camino de dedicar por completo nuestra productividad al Estado, tal y como sucede en la obra de Huxley. La encuesta no parece señalar la dirección contraria, esto es, recortar el peso del sector público. Por lo tanto, la primera semejanza entre el mundo de la ficción y la realidad es palpable.

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cortesia loibertaddigital

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