"Estabilidad, empleo y crecimiento” son los tres pilares básicos del programa de actuación del Gobierno de Dublín para la primera parte de 2013, en el que celebra también el 40 aniversario del ingreso de este país en la entonces llamada Comunidad Económica Europea.E n una ceremonia celebrada hoy lunes en el castillo de Dublín, en la que se izó la bandera comunitaria, el primer ministro irlandés, Enda Kenny, dijo que su país trabajará a favor de la estabilidad, el empleo y el crecimiento, y buscará soluciones a la crisis económica. Desde su ingreso en la CEE, Irlanda ha ocupado en siete ocasiones la presidencia comunitaria, la última en 2004, cuando bajo su mandato se formalizó el ingreso de 10 países del Este del continente, la mayor expansión acometida por la UE desde su fundación. Eran los tiempos de la llamada economía del "Tigre Celta" e Irlanda era vista por sus socios como un ejemplo de crecimiento y prosperidad, lo que demostró con una presidencia en la que se gastó unos 110 millones de euros durante el primer semestre de 2004, una cantidad que incluso entonces pareció excesiva. Por motivos muy diferentes, ocho años después Irlanda se ha convertido de nuevo en un modelo a seguir para el resto de países miembros, aunque su receta ahora es ahorro y austeridad.
El rescate de la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) a este país, cuantificado en 85.000 millones de euros, ha obligado al Ejecutivo de Dublín a acometer desde 2010 un durísimo plan de ajuste que, según los organismos supervisores, está dando resultados. Irlanda es el "alumno aventajado" para los socios que, como Alemania, insisten en que las políticas de austeridad funcionan. De hecho, Irlanda podría convertirse a final de este año en el primer país rescatado que abandona su programa de ayuda si, como tiene previsto, logra regresar completamente a los mercados de deuda en busca de fuentes de financiación alternativas. Necesita para ello que la UE complete la unión bancaria en la zona euro y rompa el vínculo entre la deuda soberana y la bancaria, una de las prioridades establecidas por el Gobierno irlandés, que lleva inyectados en su banca casi 64.000 millones de euros desde el comienzo de la crisis. Durante su turno al frente de la presidencia rotatoria, Dublín también quiere sentar las bases para que el Mecanismo Europeo de Estabilidad, pueda, en el futuro, recapitalizar directamente a los bancos y, si fuera posible, de manera retroactiva en el caso irlandés, de manera que el Estado pueda recuperar parte de su contribución al rescate de su sistema financiero. El primer ministro irlandés, Enda Kenny, y su adjunto en el Ejecutivo y titular de Asuntos Exteriores, ya han advertido de que trabajarán de manera "abierta y justa" para Europa, pero también han recalcado que seguirán negociando con sus socios un acuerdo para su país. Tras el fracaso de las últimas conversaciones para establecer el marco presupuestario de la UE para el periodo 2014-2020, Irlanda se ha marcado como otra de sus prioridades recurrir a sus reconocidas habilidades diplomáticas para cerrar las cuentas comunitarias a principios de año.
En este sentido, con unos presupuestos ya consensuados, Gilmore se ha comprometido a poner en marcha la maquinaria burocrática necesaria para que los fondos comiencen a fluir a partir del 1 de enero de 2014.
Asimismo, Irlanda quiere aprovechar los lazos históricos que la unen a Estados Unidos para avanzar durante 2013 en el establecimiento de un futuro "acuerdo de libre comercio" entre ambos bloques, una cuestión clave para reactivar la economía de la UE y llevar a cabo políticas de creación de empleo. Según Gilmore, se perseguirán iniciativas similares con otros socios internacionales, como Japón, Canadá o Singapur, pues estas relaciones poseen potencial para hacer crecer hasta un 2 % el Producto Interior Bruto (PIB) de la UE.
cortesia elobservador.com.
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