miércoles, 27 de junio de 2012

La batalla por el poder ARGENTINA

"El romance entre el matrimonio Kirchner y Hugo Moyano nació de una necesidad compartida: lograr poder, unos en la Casa Rosada, y el otro en la Confederacion General de Trabajadores". El noviazgo eficiente les confirió  control de sus respectivos palacios. La Presidenta y el líder sindical hoy 'se castigan" por recuperar lo que cada uno cedió. Kirchnr El juego es peligroso. Kirchner dice que Moyano 'nos quiere pinchar el bote" Planificaron esta batalla con mucha anticipación. Lo empezaron a hacer el día que los dos entendieron que el otro se estaba excediendo en su territorio: Kirchner financiando al Tesoro con el dinero de las obras sociales y Moyano reclamando más espacios dentro del partido y el Gobierno. Está claro, entonces, que el impacto que provoca la convocatoria de hoy a la Plaza de Mayo no está en la lista de reclamos, sino en la disputa de poder que conlleva. C. Kirchner  se enoja con Moyano por valerse de reclamos sindicales para disputar poder.

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Le molesta que el camionero haya cambiado de opinión, pero no repara en que esa estrategia es frecuente, donde hasta ayer aplaudían la gestión de Repsol y Esquenazi en YPF. La Presidenta encontró la bandera de la "soberanía energética" el día que perdió el superávit comercial. Lo que omite la jefa de Estado es que fue ella quien empujó al camionero a acordarse del Impuesto a las Ganancias. Hasta abril, los "principales beneficiados del modelo", como los llama la Presidenta, contaban con una ayuda excepcional en sus salarios que financiaba el Estado. Es decir, todos, incluso los principales perjudicados por "el modelo".
Los empleadores transportistas cobraron desde 2005 un subsidio especial por mantener a todo su personal en blanco y afiliado al sindicato de Moyano. Ese aporte les permitía, entre otras cosas, realizar un pago "no remunerativo" que compensara cada año la parte del aumento que lograban en las paritarias y que "se lo devoraba el Impuesto a las Ganancias". Con la ayuda de este Régimen de Fomento del Transporte de Cargas,  el sindicato de Moyano pasó de 50 mil a 200 mil afiliados. Ese circuito de dinero era parte del precio que había puesto el jefe de la CGT para mantener la calle y el movimiento obrero bajo su control. Los "principales beneficiados del modelo" son una consecuencia de ese pacto. C. Kirchner redireccionó en abril esos 8.500 millones de pesos anuales hacia otro sector: los mecánicos y metalúrgicos, los principales adversarios del camionero. El subsidio se convirtió en una línea de créditos para los transportistas que compren camiones nuevos. "Si no suben el mínimo no imponible de Ganancias, de nada sirve discutir paritarias", empezaron a repetir desde el sindicatos de camioneros. Habían callado durante siete años. La Presidente acusa a Moyano de "desestabilizar" y "extorsionar". El jefe de la CGT pide que le devuelvan lo que el kirchnerismo "le dio y luego le quitó". Acusa a Cristina de 'cortarle una pata de su silla': desestabilizarlo. La Casa Rosada le retiró el monopolio de la relación con el movimiento obrero ligado al peronismo. A Moyano le quedó, como principal activo político, su capacidad de movilización. Pero es una fuerza que no encuentra destino: ¿quién capitaliza esta Plaza de Mayo? ¿El propio Moyano, que no supera la línea de corte de la imagen positiva? ¿Daniel Scioli, el gobernador kirchnerista que en su segundo mandato “debe aprender a gestionar”? ¿Mauricio Macri, que siempre denostó las marchas y los cortes? Si este fuera un movimiento claramente opositor, las acusaciones de supuestos "destituyentes" no tendrían lugar. El problema radica en que esta lucha de poder, esta manifestación a la Plaza de Mayo, expresa enojo y decepción. No de los movimientos de izquierda, que hoy ven en Moyano un altoparlante para sus viejos reclamos. Es la bronca interna del sector del peronismo que no digiere la conducción de C. Kirchner, la cual también responde con enfado y azuza el fantasma de la violencia.  Difícil es saber quién gana en una pelea donde se intenta demostrar cuál está más enojado que el otro. Lo que sí es seguro, es que esa batalla no terminara bien.

cortesia tn.com.ar

1 comentario:

  1. Junio 27, 2012- El líder de los camioneros, Hugo Moyano reclamó hoy en la Plaza de Mayo por el impuesto a las ganancias y la falta de respuestas del Gobierno a otros reclamos históricos del sindicalismo. En su mensaje, repleto de alusiones a Perón y Evita, Moyano cuestionó el enriquecimiento de los Kirchner. “Hubo dos clases de exilio, algunos se fueron del país y otros se exiliaron al sur a lucrar con la 1050”, lanzó. Pero al final, Moyano dejó una imagen más conciliadora que en las últimas semanas. El líder del Camioneros empezó su discurso cuestionando la ofensiva del Gobierno para intentar desprestigiar el paro de hoy, al que se plegaron otros gremios. "Hemos escuchado tantos disparates, atacando las organizaciones gremiales y lo han hecho con funcionarios que dicen que son peronistas", arrancó. Y agregó: "Fueron las organizaciones sindicales quieres pelearon por la democracia durante la dictadura, mientras muchos de esos funcionarios estaban debajo de la cama". En varios tramos de su discurso, el titular camionero le hablaba a la Presidente. Cuando la mencionó, se escucharon silbidos de fondo. "No tengo vocación de vigilante", le respondió. Instantes después se mostraba algo conciliador: "Estamos viviendo una situación que no es tan grave desde el punto de vista económico". No obstante, advirtió que "se avecinan problemas" en el país. No especificó cuáles. Moyano se quejó de la falta de diálogo y la "soberbia" del Gobierno. "No nos gusta la forma de imposición que tienen, nos molesta que quieran hacer todo sin consultar con nadie", advirtió desde el palco que se armó de espaldas a la Casa Rosada. También cuestionó los intentos oficiales por intentar digitar las elecciones internas en la CGT y colocar en su lugar al metalúrgico Antonio Caló. "Nos venimos a competir con nadie. Cristina no se va a ir hasta que termine el mandato y yo voy a seguir en la CGT porque voy a renovar el mandato", lanzó. Moyano citó varias veces a Perón y a otros referentes del peronismo. Cerca de las 14, cuando llegó a la Plaza, ya daba indicios de lo que sería su discurso: "Más peronista que yo, Perón, le digo a la Presidenta", comentó sonriente frente a los movileros.
    El líder de la CGT pidió que el Gobierno concrete los anuncios recientes sobre créditos a la vivienda y se animó a proponer que se nacionalice el Banco Hipotecario “para que los trabajadores puedan tener créditos para sus viviendas”. El reclamo central de su discurso fue el impuesto a las ganancias. Así intentó sumar a otros sectores sociales, como la clase media.

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