martes, 9 de octubre de 2012

H. CAPRILES V ENEZUELA

Capriles con su padre y madre

Cuando se dirigió al pueblo para reconocer su derrota con 44,97% de los votos, Henrique Capriles pidió a los venezolanos no sentirse derrotados e insistió en la cantidad de personas que le dieron su apoyo, reiterando una y otra vez la cifra mágica de seis millones. Aunque no lo declaró de modo explícito, sabía que logró algo que nadie había podido hacer en 13 años de democracia venezolana: hacerle sombra al comandante Hugo Chávez, que con 54,42% se despegó por primera vez de esa imagen demoledora que había construido al ganarle consecutivamente a Henrique Salas Römer, Francisco Arias Cárdenas y Manuel Rosales en una carrerilla que tuvo etapas clave en 1998, 2000 y 2006. La última vez, Chavez había obtenido el 62,89% de los votos, ocho puntos más que este domingo. Es cierto que el 7 de octubre no fue una fecha para dejar en el olvido ni mucho menos. Por el contrario, el conglomerado puede jactarse de que se encolumnó en torno a un candidato único, de que frenó el crecimiento del favorito y de que aceptó con caballerosidad unos resultados que no le fueron favorables.Pero, sobre todo, la Mesa de Unidad Democrática (MUD) logró imponerse como bloque político integrado y dispuesto a seguir trabajando en conjunto por Venezuela, algo que no había sucedido en anteriores oportunidades, cuando las alianzas preelectorales se habían rasgado a las horas de la elección. En una emision de Globovisión, se aseguró que Capriles fue apoyado por “mucha gente” y que por esto, la unidad opositora “no se debe acabar”. La coalición seguirá por el camino emprendido, ese que le da nombre a su agrupación y que había sido dejado de lado por los opositores en los últimos años: el de la unidad.  “Hay que fortalecer muchísimo la Unidad. Con el análisis y le introspección y con la lucha que hay por delante”.   También Capriles garantizó que seguirá en la lucha en la que lo confirmaron los seis millones de venezolanos  que lo votaron. “Siéntanse orgullosos, que ustedes marcaron un camino, somos millones. Yo estaré por acá a su lado, trabajando para cuando Dios disponga”, manifestó en Twitter.Y tal vez la frutilla de su torta fue el saludo que le extendió el mismo Chávez, que el domingo de noche no lo llamó "majunche", "rabo de cochino" o "burgués",  como lo había hecho a lo largo de la campaña, sino que lo reconoció a él y a sus electores “por su talante democrático y por la demostración cívica que han dado”.

cortesia elobservador

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