El 02 Arena de Londres en pie, Basilea es su casa sí, pero aquí halla sin duda un preciado lugar de recreo, una segunda residencia donde disfrutar, donde reencontrarse, que diría alguna película mala. No son pocos los suizos que disfrutan en el pabellón, tampoco es poco el respeto hacia él que conserva la afición local. Roger Federer ha vuelto y, aunque sea sólo para este torneo, el tenis se felicita por ello. Este sábado el suizo venció a Juan Martín del Potro en tres sets, 4-6, 7-6(2) y 7-5 en un fantástico encuentro que duró dos horas y media y mañana al mediodía se medirá a Rafael Nadal por un puesto en la final de la Copa de Maestros, la vuelta también de un enfrentamiento clásico.
"Sabe cómo ganarme y más en esta superficie", decía el español tras recibir dos copones, uno que le acreditaba como número uno del ranking ATP y otro que lo premiaba como el mejor 'regreso del circuito. Discurso emocionado y luego, repetía como en otras ocasiones: "Roger es Roger". Y efectivamente lo es, vaya sí lo es. Lo fue ante el argentino en toda su inmensidad pese a sus notables altibajos.
Fue a ratos el Federer de siempre, sobre todo en los instantes finales de cada set, exquisito en todos los golpes, en especial en la red, clarividente. Fue también, en otros momentos, el Federer de esta temporada, sobre todo al inicio de cada periodo, y ya no sólo por falta de piernas, como él mismo admitía, sino también por escasez de ideas (buscó las líneas en demasía, muchos errores) y por cierta falta de motivación. Empezó los tres set muy por detrás (estuvo 5-1 en el primero, 3-1 en el segundo, 3-0 en el tercero), cediendo breaks con parsimonia, y los levantó todos luego con brillantez, sabiendo cómo mover a un Del Potro más cansado que en la gira asiática, menos 'rompedor'.
Celebró luego con una sonrisa de oreja a oreja de las que pocas veces deja ver. Y a pensar ya en mañana, pues si hay un lugar en el que pueda batir a Nadal es aquí, en cemento bajo techo y en tres sets. No son suyos los precedentes (21-10), menos este año (tres victorias de Nadal, dos de ellas, Indian Wells y Cincinnati) pero sí pueden serlo las sensaciones. Federer está de vuelta y, aunque sea sólo para este torneo, el tenis se felicita por ello.
cortesia elmubndo.es
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TENIS A por el único título que falta en su palmarés Nadal, en la final de maestros
ResponderBorrarTumba 7-5 y 6-3 a Federer se la jugará contra Djokovic (21.00h)
Tras cuatro derrotas, logra su primera victoria ante el suizo en cemento bajo techo
"Ha cometido algún error más de lo normal. Venía de un partido muy largo y he aprovechado esa ventaja", dice Nadal
JAVIER SÁNCHEZEspecial para ELMUNDO LONDRES Actualizado: 10/11/2013 22:59 horas
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La última conquista, la más valiosa, quizá la más significativa. Rafael Nadal logró este domingo vencer a Roger Federer allí donde nunca antes lo había hecho, en cemento y bajo techo, en la Copa de Maestros que el suizo estima, la definitiva toma de su rivalidad de época. Había sumado antes cuatro derrotas, venció finalmente a la quinta, y lo hizo en sólo dos sets, 7-5 y 6-3 en una hora y 19 minutos, para lograr por segunda vez en su carrera el pase a la final que cierra la temporada.
Lo logró con sencillez, y con la solidez por la bandera. Si se esperaba una modernización del guión, una mayor agresividad, un mayor riesgo, no apareció pues el plan clásico ya valía. El español castigando continuamente el revés de Federer, siempre con bolas altas y, a poder ser profundas, siempre al final gozando de sus errores en esa faceta (hasta 13, 32 en total). Fue rotundo en el saque Nadal, notablemente rotundo, y luego aprovechó cada una de las oportunidades que le brindó el suizo. Cuatro bolas de breaks, cuatro breaks convertidos. Impecable.
Y es que si hubo alguna historia, mínima, fue en el primer set y duró bien poco. El español, que clavó hasta cuatro juegos en blancos con su servicio (acabó perdiendo sólo 13 puntos al saque), encontró al Federer de siempre en sus primeros titubeos pero poco más. Una puntazo del suizo con su derecha invertida, una de las pocas que buscó, puso en pie el O2 Arena de Londres, permitió el júbilo, pero luego, Nadal, en apenas dos minutos, al revés, al revés deshizo ilusiones, devolvió la rotura y remató el periodo y con él, el partido entero.
"Federer ha cometido algún error más de lo normal. Para mí es muy importante jugar la final en un torneo en el que están los ocho mejores y en una pista que históricamente se me ha dado muy mal", explicó el líder de la ATP al acabar el encuentro a lo que añadió: "La clave ha sido el segundo break del primer set. Ganando ese set sabía que tenía mucho hecho, aunque siempre es muy complicado contra Roger porque siempre juega a cara o cruz y te hace sentir como si fuera él quien tuviera el mando. Él venía de jugar un partido muy largo, he sabido aprovechar esa ventaja".