viernes, 4 de octubre de 2013

QUEDO LIBRE MEDICINA

Casi dos años más tarde de ingresar en una prisión acusado de la muerte accidental de su amigo Michael Jackson, Conrad Murray se echó a llorar.
Reconoce que le conmovió el veredicto del jurado en el caso por la muerte del 'rey del pop', que llegó a la conclusión de que AEG Live, la promotora de conciertos que iba a devolver al cantante a los escenarios en verano de 2009, no tuvo culpa en su fallecimiento por haber contratado a un médico "competente": el propio Murray.
La voz del jurado no solo es un espaldarazo para la empresa, que se enfrentaba al abismo de tener que abonar más de 1.000 millones de dólares en concepto de indemnización, sino una inyección de moral para el galeno de origen caribeño. El hombre al que se le fue la mano en la dosis del anestésico propofol que acabó con la vida de 'Jacko' en junio de 2009.
"Mi inmediata reacción fue con lágrimas. Definitivamente, me puse a llorar", ha afirmado a la cadena NBC Murray, un convicto al que solo le importa salir de la cárcel en unas semanas y reunirse con su familia.
Pese a la sensación de alivio, el portavoz del jurado subrayó la falta de ética de Murray en su forma de actuar durante los meses que estuvo empleado por Jackson a razón de 150.000 dólares al mes. "Si la ética hubiera sido la cuestión, el resultado podría haber sido muy diferente", dijo Gregg Barden.
Murray se defendió al indicar que el juicio no fue sobre cuestiones éticas, sino sobre la demanda interpuesta por la familia Jackson, "que sentí desde el principio que era frívola", subraya el galeno. Al final, el juez se ha opuesto a la petición de Katherine Jackson y sus nietos, que acusaban a AEG de haber provocado la muerte del intérprete de 'Thriller' tras haber contratado a Murray.

cortesia elmundo.es

No hay comentarios.:

Publicar un comentario