El actor ruso-francés Gérard Depardieu afirma que la polémica en torno a su instalación en Bélgica antes de obtener la ciudadanía rusa es "un gran malentendido" y que "todavía amo Francia".
"¡Nunca me he ido! Me niego a dejarme encerrar en las fronteras, es completamente diferente. Soy un hombre libre. Me siento en casa por toda Europa", declara el mito del cine francés, para el cual "toda esta historia es un enorme malentendido".
En esta entrevista en Figaro Magazine, asegura que "todavía amo Francia". "Es mi país, vivo allí habitualmente, tengo allí mis restaurantes, en los que trabajan más de 80 personas", dice en esta entrevista, consagrada a sus gustos culinarios.
El actor obtuvo el pasado enero la nacionalidad rusa tras haber adquirido una vivienda en Nechin (Bélgica) y suscitado una polémica sobre las motivaciones fiscales de su marcha.
"Creo que no se puede hacer como si todo fuera bien [en Francia]", añade Depardieu. "La gente siente el desfase entre el discurso que les brindan los responsables políticos y la realidad que viven cotidianamente. Esa fosa terminará por estallar a lo grande un día, puede que en las próximas elecciones".
El actor añade, sin explicación, que si el recibiese al primer ministro, Jean-Marc Ayrault, le serviría una merluza fría con vinagreta y echalotes" y si invitase al presidente François Hollande, elegiría "un pollo en cazuela y, para la merienda, dos rebanadas de pan untadas de manteca de cerdo".
cortesia elmundo.es
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