sábado, 15 de febrero de 2014

BIG BROTHER TE ESTA OBSERANDO SIGLO XXI


Leída en 1984, a los diecisiete años, la novela de Orwell era una obra maestra del horror y la angustia. Nos impresionaba mucho -en plena movida- el dibujo apocalíptico que en la novela se trazaba: la reclusión de los individuos en una uniforme masa productiva, células de una entidad poderosa a las que se les había extirpado la conciencia. Que se tratara del retrato más o menos fidedigno del estalinismo - osea de un pasado remoto- no dejaba de ser paradójico: Orwell había alzado una distopía mediante la estrategia de retratar una realidad sospechada que, con la floración de documentos y más documentos, quedó confirmada de la A a la Z. Así que Orwell planteaba para el futuro -terminó la novela en 1948, penúltimo año de su vida, pues murió en enero de 1950, y barajó las últimas cifras del año para darle título a la obra- una imagen del presente, utilizando además, de manera ya indiscutible, aunque sea tontería hablar de plagio, una novela anticipadora como Nosotros, de Zamyatin (que se tradujo al inglés en 1924), que Orwell reseñó en 1946.

cortesia elmundo.es

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