martes, 10 de septiembre de 2013

GUARDAESPALDAS DE HITLER BERLIN

Rochus Misch, guardaespaldas, mensajero y telefonista de Adolf Hitler, murió a los 96 años en Berlín, y con él se fue la última persona testigo del suicidio del dictador nazi y su esposa, Eva Braun, en un búnker de la capital alemana.
Los medios locales se hicieron eco este viernes pasado de la noticia del fallecimiento de Misch, que tuvo lugar el jueves tras una larga enfermedad.
En los últimos años la comunicación con él era difícil debido a su avanzada edad, pero en 2009 concedió una entrevista a la revista alemana "P.M History", en la que ratificada su fidelidad al "fürher" como soldado, aunque condenaba los "terribles y crueles" crímenes contra la humanidad del nazismo.
Misch, miembro del personal destinado al servicio de Hitler en la década de 1940, recordaba ya con lagunas la escena que vivió el 30 de abril de 1945.
Hitler "tenía la cabeza sobre la mesa, mientras Eva la tenía ladeada. Ya no recuerdo bien, ¿estaba sentado en el sofá o en un sillón al lado? Pero sigo viendo a Eva, con las rodillas encogidas hasta el pecho", decía.
Días antes, el 22 de abril, el dictador nazi había anunciado al personal que le acompañaba que la guerra estaba perdida, les comunicó su decisión de permanecer en Berlín y les dio permiso para abandonar el edificio, pero Misch se quedó hasta el final.
"Permanecí como fiel servidor de mi jefe en el búnker", rememoraba Misch, que no abandonó el lugar hasta que Josef Goebbels, el ministro de propaganda nazi, le dijo el 2 de mayo que ya no lo necesitaba más y que podía partir.
El que fuera sargento de la unidad especial de las SS del "führer" no era capaz de reprocharle a Hitler sus crímenes -"superaría mi cumplimiento del deber como soldado"- y aseguraba que nunca se habló de la existencia de campos de concentración en su círculo íntimo.

cortesia elobservador.com

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