jueves, 30 de mayo de 2013

BUENA VOLUNTAD A RAUDALES LONDRES

"No toques el cuerpo. ¡Vete de aquí!". Ingrid Loyau-Kennett aún recuerda las palabras con las que Michael Adebalajo le instó a que se alejara del cadáver del soldado Lee Rigby, en la calle John Wilson de Woolwich, la trágica barriada del sureste londinense.
Ingrid, que intentaba inútilmente buscarle el pulso al joven tendido en plena calle, lo entendió todo de golpe. No había sido un accidente, como pensó cuando se bajó corriendo del autobús. Era un asesinato, y el asesino estaba ante ella, con el cuchillo ensangrentado.
A su cómplice, Michael Adebowale, lo recuerda como "algo más tímido y sin muchas ganas de hablar". Adebowale comparecerá hoy jueves en un tribunal de Westminster, donde será formalmente acusado del asesinato de Lee Rigby.
"Me quedé hablando con ellos sin pensarlo, por reacción instintiva", recuerda entre tanto Ingrid Loyau-Kennett en su regreso fugaz al lugar de autos. "Me dijeron que le habían asesinado porque era un soldado y había matado a musulmanes en Afganistán. Querían empezar una guerra en Londres. Les dije con buenas palabras que lo pensaran mejor, que no tardaría en llegar la policía y llevaban todas las de perder".

FRANCESA AFINCADA EN LONDRES CLIC AQUI

cortesia elmundo.es

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